lunes, febrero 11, 2008

EN EL NOSOCOMIO DE ALTAGRACIA DE ORITUCO LA PROCESIÓN VA POR DENTRO

(Especial Fotos: Román Padrón)

En el Hospital Dr. José Francisco Torrealba de Altagracia de Orituco la procesión va por dentro. A pesar que el gobierno regional en reiteradas ocasiones ha realizado trabajos, no han solucionado los problemas ya crónicos que impiden que se cumpla a plenitud la misión de este tipo de instituciones públicas… brindar salud de manera gratuita a la población. En medio de este cuadro de deficiencias sobresale la vocación de servicio del personal médico, de enfermería, administrativo y obrero, quienes por encima de las vicisitudes cumplen con su deber de atender a los tantos pacientes que acuden a diario a este centro dispensador de salud.

La deficiencia del personal médico requerido es notoria en la emergencia del hospital, cuando un galeno simultáneamente tiene que atender varios servicios, lo que ante la vista del público se traduce en falta de atención. Entre las causas que originan este problema están los bajos sueldos que devengan estos profesionales, muchos de ellos llegados de otras partes del país, a quienes no les alcanza los bajos salarios para pagar residencia y otros gastos de permanencia en la ciudad. En este aspecto cabe señalar que PDVSA prometió hace 5 ó 6 años remodelar una vieja estructura que pertenece al hospital, antigua residencia del Director, para residencia de médicos, pero estos trabajos quedaron en promesas. El equipo periodístico del Diario La Prensa fue informado que a unos 10 médicos que llegaron provenientes de Maracay le ofrecieron residencia, pero no le cumplieron.

DESDE HACE DOS MESES LOS NEBULIZADORES ESTÁN DAÑADOS

El pasado día Jueves varios pacientes se quejaron que no hay nebulizadores, situación bastante grave, tomando en consideración el alto índice de pacientes con enfermedades respiratorias. En la sala de emergencia solo un aparato de estos estaba funcionando. Un sistema de tubería para varios puntos de nebulización no funciona.

Los médicos informaron que en medicina interna el 80% de los pacientes presentan enfermedades cardiopulmonares que requieren de nebulización. Solicitamos la opinión calificada del Dr. Marcos Ramírez en torno a este problema y nos dijo que estos equipos de nebulización tienen un promedio de vida y que al funcionar de forma deficiente crean más trastornos en los pacientes.

La falta de colchones abarca todos los servicios, esto lo verificamos en emergencia y pediatría. El déficit está en el orden de los 40 colchones.

Para que se verifique que el personal que labora en el nosocomio gracitano le pone de verdad corazón a su trabajo, basta estar presente cuando a los camilleros les corresponde llevar a cualquier paciente a la segunda planta del hospital, ya que el elevador está dañado.

En la sala de cuidados intermedios pudimos apreciar el mal estado de los baños, camas sin colchones y un respirador dañados desde hace 2 años.

Indagamos sobre la dotación de medicinas y en honor a la verdad, porque con ella trabajamos, se nos informó que la Dirección de Salud regularmente dota de medicamentos al hospital, pero algunos medicamentos tienen que llevarlos los pacientes.
Nos llamó la atención el buen funcionamiento del aire acondicionado en la sala de observación de adultos y se nos hizo saber que fue donado por la Junta Administradora de CAIGUA.
Hospital Dr. José Francisco Torrealba de Altagracia de Orituco

En el hospital la procesión vá por dentro. En la gráfica la emergencia atiborrada de pacientes

En emergencia una tubería para puntos de nebulización no funciona

Un solo nebulizador para tantos pacientes

El elevador no funciona

Los baños en la sala de cuidados intermedios dañados

Camas dañadas y sin colchones

El aire de la sala de cuidados intermedios funciona bien. Por cierto lo donó CAIGUA

Este respirador tiene dos años dañados

PDVSA ofreció remodelar esta vieja edificación para residencia de los médicos

En la sala de observación de adultos fue develado un vistoso cuadro del sabio Torrealba; epónimo del hospital gracitano. El cuadro es del artista plástico gracitano José Guacache


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